miércoles, 16 de diciembre de 2009

Discos, transparencia y cuellos de botella

FOTO1 TIENDA DISCOS DEL PASO

Hace unas semanas fui a comprar unos CD’s a Plaza San Miguel (sí, soy uno de esos especímenes raros que todavía compra discos originales). Hacía tiempo que no iba por allá, así que estaba un poco desorientado, pues varias tiendas se habían mudado de sitio. Dando unas cuantas vueltas por el lugar, encontré Sonodiscos, una tienda que a simple vista se nota que no es parte de una cadena, sino que, más bien, aparenta tener tradición y ser parte de un negocio familiar.

El punto es que, cuando empecé a revisar los discos que tenían a la vista, me vi bastante desorientado. La razón es simple: ninguno de los discos tenía el precio adherido al empaque! Lo que exhibían era un código algo críptico y para nada indicativo.

El producto de esto es que, para un humilde melómano como el que escribe, se me hacía imposible evaluar el costo-beneficio de las posibles compras que deseaba realizar, pues cada vez que necesitaba saber un precio debía consultar con alguno de los empleados del lugar.

La situación llegó a un punto tal, que me comencé a sentir bastante incómodo por la falta de información, o más bien por la falta de rapidez en conseguirla y por el cuello de botella que se generaba con el personal de la tienda al intentar conseguirla.

Ahora, ¿cuál es mi punto con esta historia? Pues básicamente dos: el primero es que, muchas veces en los proyectos de software, pecamos de falta de transparencia. Usualmente, la razón de esto es el miedo. Miedo porque, si somos transparentes, el resto de personas nos juzgará o, peor aún, nos castigará por nuestros errores. Me atrevo a soltar la hipótesis de que, en el caso de Sonodiscos, el dueño podría tener miedo de la competencia y de que ésta acuda a su tienda a espiar los precios.

El segundo punto es que, al ocultar información, creamos cuellos de botella artificiales, innecesarios y que entorpecen la colaboración y la consecución de objetivos. En mi caso, tenía poco tiempo para visitar la tienda y mi objetivo era comprar la mayor cantidad de discos de artistas que no conociera mucho en el menor tiempo posible y bajo un presupuesto predefinido.

Lamentablemente, no conseguí mi objetivo a cabalidad. Lo siento Sonodiscos, pero la próxima vez iré directamente a Phantom. Aunque los precios a veces son ligeramente más caros, me ofrecen una mejor relación costo-beneficio para alcanzar mis objetivos.