miércoles, 9 de septiembre de 2009

En los negocios, ¿el tiempo es lo más importante?

No veo mucha televisión. Es más, ni siquiera tengo cable (!!??). Pero sucede que hace poco estuve mal de salud y tuve que pasar unos días en casa frente a la caja boba. Es así que descubrí este comercial de Interbank que me dejó un tanto intranquilo:



La dinámica de la publicidad gira entorno a la siguiente idea-fuerza: "En los negocios el tiempo es lo más importante." Si bien es obvio que el comercial está realizado en tono de burla o comedia, deja traslucir la que varios empresarios o ejecutivos piensan que es la mejor manera de gestionar a su personal, área o empresa.

Es decir, concentrarse en mantener a los empleados ocupados el 100% del tiempo, asumiendo que los objetivos planteados por los niveles superiores de la jerarquía son los correctos (sin una adecuada validación) y tratando de alcanzarlos lo más rápido posible, evitando crear espacios para el diálogo, la contrapropuesta y la generación de intercambios de opiniones que aporten valor. O visto de otro modo, desaprovechar la capacidad que cada persona tiene para crear, generar soluciones e ideas; en resumen, para innovar.

Veo varios problemas con esta forma de gestión. En primer lugar opino que lo más importante en los negocios no es el tiempo (a secas), sino generar valor en los clientes. Es decir ofrecerles productos o servicios de calidad que satisfagan sus necesidades. En segundo lugar está la suboptimización. El hecho de tener al personal ocupado todo el tiempo pierde de vista el objetivo real de lo que estamos haciendo y cómo podemos mejorarlo, alienta la separación entre las áreas funcionales de la empresa, la formación de colas de información (con las correspondientes demoras) y una presión excesiva sobre las tareas a realizar, lo que promueve una cultura de "tomar atajos" y acarrea una pérdida de calidad en las actividades que hacemos.

Una vez claro lo anterior, recién podemos empezar a discutir el factor tiempo. Obviamente, si nuestra competencia ofrece un producto o servicio con mejor calidad que la nuestra en la mitad del tiempo, estamos en problemas. Pero esto debe enfocarse como un problema sistémico, a modo de atacar las causas raíz que permitan generar soluciones y que eliminen los desperdicios dentro de nuestros procesos, teniendo en claro todo el flujo de valor, desde que una necesidad es detectada hasta que ésta es satisfecha.